martes, 9 de agosto de 2011

La Vila joiosa: ITE en la localidad

INSPECCIÓN TÉCNICA DE EDIFICIOS EN LA VILA

El Ayuntamiento lleva tres años ordenando a los propietarios de inmuebles de la zona antigua a pasar inspecciones técnicas a sus edificios que, de resultar deficientes, están obligados a corregir. Esto está cambiando la fisonomía del barrio desde el punto de vista urbanístico y residencial.

El casco antiguo de La Vila está en venta. Al menos, así pudiera parecer a la vista del número de casas de colores que tiene colgado de sus balcones el cartel de "se vende". Son edificios antiguos, con gran encanto... y con una reforma integral por acometer. Una rehabilitación que muchos de sus propietarios no pueden sufragar y por ello se despiden de sus inmuebles con precios que rozan su valor catastral. Otros han llegado a acuerdos para pagar las obras, a plazos, a sus nuevos vecinos, extranjeros que ven la oportunidad de invertir haciéndose con un pedazo de conjunto monumental a escasos metros de primera línea de playa.
Todo empezó en febrero de 2007, cuando una casa habitada del nucleo histórico se desplomó de golpe. Desde que se reformaron las calles aparecieron grietas en su estructura que fueron en aumento hasta que el edificio cayó. Siete meses después ocurrió lo mismo en otra muy próxima a la propia casa consistorial. Según dijeron los vecinos, en esa ocasión por el hotel que se estaba construyendo en el solar anexo. En ninguno hubo muertos, pero los incidentes marcaron el punto de inflexión.
El Ayuntamiento decidió implantar las "ITES": Inspecciones Técnicas de Edificios obligatorias en todo el nucleo histórico que determinan el estado de los inmuebles. Las deficiencias que resultan de los mismos, sobre si son estructurales, deben corregirse en un corto plazo de tiempo. Un mes para presentar el proyecto y 7 para acometerlo. Inspección y reforma corren a cargo del propietario, obligado por Ley a mantener en buenas condiciones la finca. Muchos, sin embargo, las han mantenido en el olvido, dejando que el tiempo las deteriora o demorando los arreglos costosos que ahora no pueden afrontar. La crisis no ayuda. El Ayuntamiento tampoco.
El Consistorio no tiene para dar subvenciones ni para pintar las fachadas. Hace años que ya no ofrece el "Plan Color". Informa , eso sí, de que existen ayudas de la Generalitat Valenciana. Pero para algunos vecinos éstas no son suficientes.
Chelo es una de ellas. Vive con sus hijas y sus padres (mayores de 80 años) en una casa señorial de 1897 a escasos metros de donde San Pancracio, patrón del casco antiguo, cuidó desde su hornacina a los moradores de esta zona de la villa. "Yo estoy en paro, con la ayuda familiar. Y mis padres con las pensiones más bajas que hay. Pagamos los 300 euros de la inspección y ahora se supone que tenemos que contratar un arquitecto para que haga el proyecto, y luego ejecutarlo. Es imposible. Fuimos a Servicios Sociales a mostrar nuestros ingresos y nos dijeron que pidiéramos ayudas a la Generalitat, que dan un 10%, ¿quién paga el restante?, yo no quiero irme, podríamos pagar 100 euros al mes, a plazos, pero en nuestra situación nadie nos da crédito", explicó.
Su finca está en venta por 30.000 euros más del valor fijado por el Catastro. Tiene 600 metros cuadrados, tres plantas con sótano y está en la calle Arxiu. "No soy la única, muchos vecinos están tirando los precios para irse porque no pueden pagar los arreglos. Parece que quieren que nos vayamos, han cerrado casi todos los pequeños comercios, quitaron el colegio público para convertirlo en una plaza...". Coincide con ella Ángel, vecino de la calle Vigueta. Desalojado tras el segundo derrumbe hace 4 años aún no ha podio regresar. Él si hizo uso de las ayudas autonómicas para rehabilitar, pero luego la obra dañó su vivienda de nuevo. "Esto es un segundo cabañal, nos están echando a los de toda la vida". Otro vecino apunta hacia la plaza de la Iglesia y la plaza Castellar. "Las casas están deshabitadas, da pena, no es momento de obligar a arreglar y menos de sancionar", afirma sin querer dar su nombre. Los nuevos residentes del barrio no opinan lo mismo. Ellos han invertido en tener unas casas bonitas, seguras, que no quieren que las deficiencias de otras las dañen. Por ello algunos han pagado lo que le tocaba al vecino acordando pagos a plazos con éste. Pero son excepciones. También lo es el número de licencias de obras que el Ayuntamiento tramita desde hace un par de años aquí teniendo en cuenta el parón de la construcción. "Las ITES han concienciado a la gente de rehabilitar sus casas, porque son más seguras y porque hacen que tengan más valor".
Algunas que estaban a punto de caer hoy lucen nuevas. Decenas son los edificios que han sido rehabilitados, y quedan muchos más.